jueves, 3 de diciembre de 2009

¿Soy bueno o malo? Tú decides

A ti voute foder eu
El título de la entrada se debe a la conclusión sacada luego de una interesante conversación mantenida con una compañera mía de clase. El epicentro de dicha tertulia ha sido el dualismo "bondad/maldad" o quizá más bien "existencia/ausencia" de dichas cualidades. Ante todo me gustaría dejar claro que respeto y entiendo muy bien lo que ella venía a decir y que esta entrada no tiene como objetivo el descalificarla o hacer prevalecer mi opinión sobre la suya. Está claro que el que me lea tendrá de primera mano solamente mi impresión respecto al tema y eso marca una diferencia, pero también es cierto que confío en el criterio de mis lectores en cuanto a cualquier temática. Y no menos cierto es que de mis ideas estoy bien orgulloso y por ello las quiero compartir con todos. Aunque sea por hacer reflexionar a una persona de veinte, cosa que, y estoy muy tranquilo, tampoco sucederá.



Y así pues la bondad y la maldad nunca han sido palabras que me hayan causado devoción. Siempre las he atribuido a ese vocabulario con el que las instituciones religiosas y en nuestro caso la eclesiástica ha intentado y conseguido, de hecho, prostituir nuestras mentes. Lo bueno y lo malo considero en gran parte que son el baremo inicial a través del cual decidir desde un punto de vista supuestamente ético o moral lo que se debía hacer. Y estoy convencido de que esos valores que hoy en día manifestamos mediante el uso de tan alienadoras palabras estaban condicionados por los intereses de la misma institución ya citada. No creo que se debiera a que comer carne en la cuaresma diferenciara para mal a una persona de otra que no lo llegara a hacer por el mero hecho de ser más practicante. Lo dicho, eso más bien son intereses, no algo que nos hace mejores seres humanos. Y si pensamos con lógica todo lo que viene después puede llegar a ser innecesario.
Es cierto que ciertas concepciones de dichos significantes en cuestión seguramente sean necesarias, ya sea porque no existe un sinónimo que se adapte a la idea que queremos transmitir y que con ellas conseguimos, o porque no es un problema tan grave como para darle solución a corto plazo. El caso es que las usamos para casi todo. Son la base de toda comparación existente y así hemos seguido hasta hoy.

Pero no todas las acepciones de bueno y malo son de mi total desagrado. Es cierto que a veces no queda más remedio que utilizarlas. Aunque en lo que me quería centrar es en mi desacuerdo hacia su uso con las personas como víctimas (lo mismo para todo ser vivo). No creo en las buenas y malas personas. Creo en las personas simplemente. Ni siquiera creo en las personas normales. Esas no son más que etiquetas que ponemos para tener más o menos un esquema de lo correcto e incorrecto y organizar nuestas ideas. Son solo invenciones de nuestros antepasados, de nuestros abuelos, de nuestros padres, de nosotros mismos. Porque el decir que una persona "es buena" o "mala" me suena a una bondad ilimitada, artificial, utópica... Suenan a cualidades que como seres imperfectos no podemos abarcar en su sentido más amplio ¿Una persona totalmente buena o absolutamente mala? ¿Con lo imperfectos que somos? Me suena a exageración. Demasiada suerte para una y triste condena para la otra. Y quizá las palabras bien y mal no sean tan contundentes si las usamos con el verbo correcto, porque lo que es con el verbo ser suena fatalmente inamovibles. Ya puede alguien supuestamente "bueno" matar veinte ancianas que por curar a tres de sus amigas del asilo será bueno si así lo asiente desde la ignorancia la enfermera o el doctor de turno. Las oraciones de tipo "Este chico es bueno porque le ayuda a su madre" o "Los asesinos (ladrones, violadores, etc) son malos" me resultan muy faltas de sentido. Y he aquí donde me surgen la mayoría de las preguntas: ¿Me consideráis buena persona? ¿O soy mala? ¿Cuándo dejaré de ser bueno y pasasé a ser malo o viceversa? ¿Tengo que hacer más cosas buenas que malas para ser bueno? ¿No os resulta muy barato pasar de ser una cosa a otra? Si cada persona opina de una forma distinta...¿dónde se hallará la verdad de si soy mejor o peor? ¿Alguien lo sabrá? ¿Hay alguna máquina que mida todo lo que hago bien y mal y que me diga de qué lado de la fuerza estoy, que por otra parte estaría hecha según unos valores dictados por un hombre cuya opinión no tiene por qué concordar con la de la mayoría de la población? ¿Qué religión, ideología, cultura, filosofía o moral es la válida? Es que no hay por donde coger eso. Yo considero que el fallo viene en que se confunde el ser bueno con el hacer cosas buenas. Porque a mi modo de ver creo que eso es una diferencia abismal. Ya se sabe lo maldito del verbo ser. Todo es, todo es y a lo mejor más de la mitad de las veces ni se asemeja a lo que parece. Simplemente es un verbo de engañabobos. El verbo que mejor esconde la realidad. El verbo que consigue que las ilusiones nos venzan humillantemente obligándonos a caer rendidos a sus pies. Eso es lo que es el verbo ser.

Y es que siguiendo con lo mismo... ¿no os pasa que ha habido un momento de vuestras vidas en que lo primero que relacionabáis tales conceptos con las personificaciones que se nos ofrecían mediante los dibujos animados? Aún es hoy cuando pienso en la maldad y en lo primero que se me viene a la cabeza es el típico personaje de los dibujos animados que se frotaba las manos mientras sonreía de una forma verdaderamente falsa y maquiavélica para luego montar las de San Quintín porque sí. O más actualmente casos recientes como el de Sauron del "Señor de los Anillos" (aunque eso está justificado supuestamente por avaricia). Pero aún así con todo y sinceramente, no creo que haya personas en el mundo que hagan cosas "malas" sin el más mínimo motivo. Hasta el más descerebrado y caníbal hijo de puta (en el sentido más peyorativo de la palabra) de este mundo tiene algo que justifica sus acciones y que lo lleva a hacer algo así, ya sean asesinos en serie, descuartizadores, violadores pirados, pirómanos o psicopátas. Un cadena de sucesos desafortunados puede hacer caer a una persona supuestamente "buena", en otra "pésima". Esa gente creo que normalmente se la considera o etiqueta como una enferma mental, aunque en determinados casos sea ayudada por su defectuosa genética (como es el caso conocido de los Supermachos, expertos violadores y maltratadores, a quienes recuerdo les sobraba un cromosoma en uno de los pares). Porque no se puede uno olvidar de que el ser humano vive en una sociedad violenta y es fácilmente manipulable aún creyendo en la mayoría de los casos que es libre. Ya sabéis: somos libres.

Por Marcos Pantani

 
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